jueves, agosto 10, 2006

miércoles, agosto 02, 2006

Naufragio

Vivir cerca del abismo era algo que a Claudio no le importaba mucho, era uno de los músicos más prometedores de la urbe, tocaba la seis cuerdas como si le fuera la vida en ello y sabía componer como pocos, formaba parte del grupo "Decadencia", a la batería estaba Álvaro Rollán, magnífico pero iba por libre, se le aceleraba el tempo siempre y provocaba que los demás fueran un poco de culo, con el bajo a cuestas vivía Hernán Jiménez, primo de Rollán, una especie de lunático que estaba todo el día en las nubes, tranquilo, con ritmo lento, con un canuto siempre en la oreja, inconfundible baby; como segunda guitarra y voz estaba Diego, Dieguito le llamaban los íntimos, sus aficiones eran más que conocidas y sus excesos estaban a la par de Claudio, eran como hermanos, dos gotas de agua, se criaron juntos en el mismo barrio de chabolas y juntos intentaron salir de la miseria, poco a poco lo consiguieron y alcanzaron con tenacidad y empeño ser el mejor grupo de rock de la ciudad.

"Venga Daniela, suéltate el pelo y vamos esta noche a un concierto clandestino al centro" suplicaba Mónica, la hermana de Daniela, dos mellizas que eran como el día y la noche, el cielo y el suelo, el infierno y el paraíso, Daniela era la consciente, la buena niña, la ordenada, la tenaz, la trabajadora, era todo, era la mejor cara de la moneda y Mónica, su cruz...

Aquella noche se esfumaron y se fueron al clandestino concierto en el centro, tocaba "Decadencia" y su rock, eran los únicos que tocaban rock ya, el resto hacían "fusión" con otros estilos, pero no nos engañemos, el rock es y será un estilo marginal, vive en la calle, en nuestras letras tarareadas mientras paseamos, en el ruido de un taladro percutor en consonancia con el aire comprimido y el abrir y cerrar las puertas del bus, el rock es todo y es nada, es acabar sin haber comenzado, es un viaje sin retorno sin moverse del sillón, es una pena sin condena, es una condena sin pena, es alegría y tristeza y tristeza sin aflicción, el rock es rock y forma parte de lo que hay, y lo que hay es lo que hay y se acabó. Todo comenzó muy bien, música, alcohol y algún petardo por el medio. Durante el descanso las chicas estaban en la barra, pidiendo un descafeinado gintonic y al costado estaba Dieguito, mezclando el blanco con la rubia, miró a las mellizas mientras repasaba si en la barra quedaba algún arañazo bien de cerca, aspirando por si quedaba algún resto de lo que fuera que se podía aspirar y volar, volar... en su mente imaginó lo más triple que se puede pedir, y su boca lo traicionaba a menudo, así que como era costumbre dijo la soberana tontería más gorda que podía dejar caer sin siquiera pensar lo que decía, con la suerte que del par, le cayó bien a la buena, Daniela se quedó encantada con la grosería y la rebeldía de Diego, mientras que Mónica sentía verdadera repulsión per semejante engendro de vicio y perversión.
Dieguito fue hasta la misma tarde que lo encontraron tirado en la cuneta de las afueras cosido a tiros un degenerado y alguien que se propuso desaprovechar las oportunidades de la vida y engancharse a todo lo malo que tiene vivir, mezcló vicio con juventud y ese cóctel fue brutal y musicalmente mortal, en su momento dijeron que Diego murió por ajustes de cuentas, que le debía dinero al camello habitual y que éste no se lo perdonó, le agradeció sus canciones con una buena descarga de plomo en el pecho, dicen que fue el camello, pero yo creo que nunca se sabría del cierto...
Con el tiempo Daniela se enganchó a Diego, y Diego ya estaba enganchado a todo lo que podía, comenzaron a ganar fama y dinero, fueron los mejores, despreciaron la vida y permitían que se suicidara su juventud a cada paso que daban adelante, creo que ninguno de los componentes del grupo, haciendo honor al nombre, hubiera llegado entero a los treinta y cinco.
Una tarde de besos y coca, Mónica decidió volar un rato incitada por Daniela y Diego, ya volados los dos, sex drugs & rock'roll, y una velita que nos vamos de entierro porque la niña nos deja un pedazo de vida: el cuore de Mónica no aguantó tanta voladura y decidió apearse en el trayecto sin llevar el paracaídas puesto.

"Decadencia" duró lo que dura un suspiro en el aire, el más que influyente padre de las gemelas, el político y aspirante a alcalde Javier Mendoza del Rabal terminó con tanta tonteria de rock ni ostias ni si fuimos los mejores ni si somos una mina de dinero. Fueron de lo peor estando en la cumbre, mal ejemplo para la plebe y malisimo para los pavos, ni conciertos, ni dinero, ni nada de nada, se terminó tanta pavada.

Álvaro Rollán se mató de un accidente de coche que el banco le había embargado, iba borracho perdido por que de últimas se dedicaba a ahogar las penas de vivir endeudado con los bancos con vino agrio y wisky barato, su primo Hernán murió acuchillado mientras le robaban lo poco que le quedaba del grupo: su inseparable bajo y la poca dignidad de alguien que jamás hizo ruido ni alzó la voz por nada; Diego apareció en la cuneta de una carretera de las afueras y nadie preguntó, Claudio se desintoxicó, se dedicó a escribir y componer para los demás hasta que a los treinta y tres decidió irse a dormir con los peces porque su mente ya no aguantaba el dolor, la aflicción, la pena, la paranoia y el cansancio de vivir sin Mónica, la chica de sus sueños y la prota de todos sus éxitos musicales, Mónica, sweet Mónica...

Daniela, no se sabe exactamente que fue de ella, unos dicen que la vieron prostituyéndose por seguir pagándose algo de polvo blanco y otros dicen que la vieron por última vez internada en un psiquiátrico donde murió porque quedó algo tarada entre tanta droga y el shock de ver como su hermana fenecía en sus brazos sacando espuma por la boca y sangre por los oídos, dicen que hay la mirada de Mónica en los ojos de Daniela, fijos, abiertos como soles mirando al infinito, buscando los restos del naufragio, dicen que los tiene clavados en la frente como penitencia por el desprecio vital mostrado.

Hubiera sido lo más triple que se puede pedir si no fuera por lo de siempre...


"Venga una calada que no pasa nada, el truco está en dominar tu la situación, yo cuando quiera lo dejo, te juro que lo dejo si me da la gana, si no pasa nada, mírame a mí, la de tiempo que hace que vivo con ello y nunca nada, más sano que una manzana..."

A los amigos ausentes y a los que están, pero están ausentes en su propia vida.