miércoles, julio 26, 2006

No direction home... (II)

No sé vivir ni encuentro razones para ello, me desperté y salí corriendo, pensé que la vida se iba a terminar tal y como me habían contado, cuando terminé el camino y me había cansado de tanto merodear por los inexcrutables senderos vitales de mi miseria personal, me percaté que en todos estos años lo único a lo que me había dedicado en cuerpo y alma era a dejarte marchar, te perdí tal y como te conseguí, ni las sonrisas de antaño ni los momentos celestiales bestiales musicales que vivimos pudieron detener aquello que había comenzado y que todo estaba encaminado hacia un final inexorable como el cancer terminal te come sin avisar...
Sigo aún sin comprender nada, pensé que mañana estarías siempre allí y perdí nuestros inocentes momentos, perdí la batalla, la guerra, la moral, el mundo...
Mis paraisos perdidos se esfumaron pues ellos dependían de vos que eras la razón de su existencia, mi imperio personal e interior se desmoronaba por instantes y comenzaron a quedar tan solo destellos de antaño, ruinas de un pasado mejor, nuestro pasado dorado que dejé aparcado en el fondo del placard y te prometí un "nunca me olvidaré de ello mi cielo" y me olvidé por el camino de lo que jamás debía olvidar, pequeñas facciones atacan sin cesar y mi mente, el estado independiente lucha contra el corazón, pasión frente razón, luz vs. tinieblas, caos & orden...
Vuelvo y revuelvo, pienso y no encuentro razón para vivir, tampoco encuentro razón a no vivir, no hay mal que cien años dure, pero mi estúpida actitud me condenó a cien años de soledad, tanto interior como exterior, perdí las botas, la cabeza, el mp3 donde grabé tu voz diciéndome lo mucho que me querías y que jamás me ibas a dejar solo.
Cátulo rezaba en uno de sus poemas "los juramentos de amor son el aliento húmedo de los vientos"; yo ni rezo ni blasfemo, me obligaron a salir por la puerta de atrás por culpa de un descuido.
Me olvidé de vivir y me dediqué a perderte.

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